Sobre el autor

Monseñor Ramón Benito de La Rosa y Carpio, nació en la ciudad de Higüey, República Dominicana, el 19 de septiembre de 1939, en cuya ciudad realizó sus estudios básicos en la escuela Hermanos Trejo y comenzó los secundarios en el liceo Gerardo Jansen y los concluyó en el Seminario Menor Santo Tomás de Aquino, en Santo Domingo.
Sus estudios superiores en Filosofía y en Teología los realizó en el Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino donde obtuvo el grado de Licenciatura en Ciencias Religiosas. Es, además, licenciado en Teología Dogmática por el Instituto Pontificio San Anselmo, de Roma; graduado en Catequesis por el Instituto Católico de París; y preparó su tesis doctoral sobre la Teología de la Altagracia, en la Universidad Pontificia Javeriana, de Bogotá.
Fue ordenado sacerdote en 1965 por Mons. Juan Félix Pepén, y Obispo por Su Santidad Juan Pablo II, en 1989. Ha sido Obispo Auxiliar de Santo Domingo, Obispo de La Altagracia; y Arzobispo Metropolitano de Santiago de los Caballeros.
En el área de la Educación, destacan sus funciones como rector del Pontificio del Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino, Presidente de la Fundación Universidad Católica del Este, Presidente de la Academia Altagraciana y Gran Canciller-Presidente de la Junta de Directores de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
Igualmente, es notable su participación en diferentes instancias de la sociedad civil, destacando sus aportes en el plano cultural, a través de sus funciones como coordinador del Concurso Literario de Navidad, presidente del Comité de la Alianza Francesa de Higüey, miembro fundador del Grupo Cultural Higüeyano; miembro del Movimiento Literario Ateneo Insular.
Su vocación por las letras lo ha inducido a escribir de manera sistemática en periódicos y revistas, nacionales e internacionales. Resaltan sus escritos en los periódicos El Sol, Listín Diario, El Siglo, Semanario Camino, La Información, El Caribe, entre otros.
Ha publicado más de 60 títulos de libros, citándose entre ellos las obras literarias: El más bello de los poemas, Quién liberará este pueblo, Razones para vivir, Cuentos de Navidad, Navidades nuestras, El hombre que se regaló chocolates, Salve Padre de la Patria, Los valores, Principios de ética y moral, entre otros.
En la radio y la televisión ha desarrollado las secciones y programas “Un momento”, “Hora de luz, “Evangelio y vida y “Conversando con mi Arzobispo”.
Por sus aportes en las diversas áreas descritas, ha recibido variados y múltiples reconocimientos, en el mundo de las letras y la comunicación.
  1.  

Sus publicaciones

Discurso inaugural

Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio,

Dedicatoria de la XIV Feria del Libro y XI de Tecnología Educativa, 2023


Quiero decir varias cosas, dentro de ellas decir “gracias”. Siempre, cuando hay un acto así, un reconocimiento, una dedicación, recuerdo a mi madre, ella decía: “nunca digas no me lo merezco, porque haces quedar mal a la gente que te lo hicieron, si te lo dedicaron es porque te lo mereces”. Soy escritor, entonces, si la UAPA me dedicó esta Feria, muchas gracias.
También me enseñó que, al hacerme un reconocimiento, en este caso al dedicarme esta Feria, que yo también hiciera mi reconocimiento. Por ejemplo, cuando yo tenía un reconocimiento así, yo se lo entregaba a ella, porque si yo soy escritor, lo soy, lo tengo porque Dios me lo dio; me viene de Dios, me dio la cualidad de escritor. También agradezco a mi familia porque me formó en el libro, sin yo darme cuenta me formaban: en mi casa, los domingos por la tarde, papá y mamá, leían y nosotros hacíamos lo mismo. Mamá leía novelas, obras literarias que yo me quedo pasmado. Curiosamente todas mis hermanas tienen nombre de obras literarias. Mi papá leía novelas de vaqueros, pero leía; el libro formó parte de mí y se los agradezco a ellos. 
Yo estoy aquí porque Dios me dio, como parte de mi ser el escribir, pero también lo agradezco a mis maestros de escuela, desde mis nueve años; recuerdo que mi primer libro (folleto) lo escribí en el año 1962, pero a los 9 años, yo estaba en cuarto de primaria, mi maestro Bienvenido Durán, me llevó donde el director, que había escrito un trabajo, y le dijo: “mira lo que este muchachito ha escrito, con nueve años, yo espero que sea algo que valga la pena”. Entonces eso estimula a uno, conmueve y lo compromete, entonces, yo agradezco a mis profesores.
Desde la escuela leía y escribía discursos. Me puse por primera vez en contra de Trujillo por un discurso que tuve que preparar en la escuela. Fue un trabajo sobre Duarte, yo lo leí en la escuela el Día de Duarte, fue en 1954. En ese entonces todos teníamos siempre que decir: “y el sucesor de Duarte más ilustre que tenemos es Trujillo”. Y yo me decía: “¿y por qué tengo que hacerlo? Y ahí empezó mi cuestionamiento a Trujillo.
Agradezco a los profesores del Seminario que me formaron; y a ustedes que van a ser profesores, los que siembran en los alumnos. Quiero agradecer a la UAPA, a Mamá, a mi familia y a mis maestros. A ellos yo les daría el título y cualquier cosa, porque por ellos estoy aquí, gracias y gracias a mis antepasados.
Quiero decir también que siempre he admirado a la UAPA, desde que la fundaron, por el título que tiene Universidad Abierta para Adultos, me parece magnífico y ahora que es virtual, a distancia, es formidable y fomenta sobre todo esta parte del libro.
En la Dedicatoria pusieron “al escritor”, y yo he tomado conciencia poco a poco de eso, porque yo me he sentido sacerdote toda mi vida, pero a los 13 años, en octavo escribí, de los trabajos que asignan en la escuela, como nuestra biografía y había que decir: qué quería ser uno en la vida y yo dije: quiero ser historiador, charlista y escritor, y antes que nada quería ser escritor, otros hubieran dicho al sacerdote escritor, pero es al revés, yo soy un sacerdote escritor, porque mi primera vocación era la de escribir, yo ni quería ser sacerdote.
Mi papá, jugaba dominó y parece que había esa idea de que Ramoncito, el primero de la familia fuera sacerdote y me dice un domingo jugando dominó: “este es Ramoncito, mi hijo mayor, lo voy a hacer monaguillo y después sacerdote. Y le dije yo con 12 o 13 años: “¿monaguillo yo? Usted está loco” y como le dije eso delante de todos sus amigos, me dice: “Mire muchacho malcriado”, y me puso de castigo un tiempo. Lo menos que ellos pensaban era que de verdad yo iba a ser sacerdote. Y les digo esto porque les agradezco mucho el hecho de que me pusieran como escritor, y de verdad que doy gracias a Dios por eso que ustedes han dicho y lo recalco porque es verdad, soy sacerdote y soy escritor y obvio, mi escritura está marcada por mi vocación sacerdotal y entra la mística y entran muchas cosas. En el marco de esta Feria vamos a tratar el tema de la ciencia, de la ética y los valores, que está en el himno de ustedes “ciencia y verdad”; la ética es una ciencia.
También quiero valorar otra cosa en la que voy a insistir: esta es una Feria del Libro y ustedes saben que un servidor, con la edad que tengo, valoro el libro. Hoy yo me quedo pasmado, se los voy a recordar y muchos de ustedes lo saben ya: todo lo que se está haciendo enseña que las nuevas generaciones, que yo creía que eran solo los niños y los jóvenes, pero ahora dan el dato que son los adultos también, con bastón y sin bastón, el cerebro se les está achicando, es decir, el uso del celular está haciendo que la gente se vuelva más bruta. Los primeros estudios decían que estábamos más brutos, pero ahora, han dicho que el cerebro se les está achicando y eso es lo que dicen hoy los datos científicos.
En los años 90-92 yo escribí un artículo sobre eso. Hubo un momento donde se decía que el dar el seno a los niños era de vieja, eso era atrasado, que las mujeres modernas no daban el seno. Yo recuerdo cuando yo era muchacho que las mujeres daban el seno en la iglesia, entonces decían que eso era antiguo, que eso era de las campesinas.
Vino una generación en Estados Unidos, que salió violenta, y hoy se sabe que la leche materna es importante y hace falta y aparte de eso, acariciar al niño mientras se le da el seno, lo hace afectivo. Entonces estudiando la vida y estudiando la historia, los pueblos que más han avanzado son, los judíos, los árabes y los cristianos, porque leen. 
Por eso valoro las Ferias del Libro, eso tiene un gran valor. Hoy nosotros trabajamos en una editorial que se llama Editorial de la Rosa, y todos mis libros se publican ahí, y hoy día los libros no se leen, hoy día se ha perdido el hábito de lectura, por eso agradezco las ferias del libro, que fomentan ese hábito. Hay países que han quitado de sus escuelas el uso de los teléfonos celulares. De manera que, nosotros ofrecemos todos los libros en formato digital, gratis. Usted ingresa a la web: palabramultimedia.com, en ese portal hay libros diversos que pueden descargarlos en pdf, leerlos y mandárselos a todo el que usted desee.
La gente dice, Einstein, desde chiquito, era un genio, nadie es como él, podía ser un genio, nació así, pero era judío, es decir, nuestra civilización peligra, pero lo más terrible es lo del cerebro, entonces habrá que ver en qué podemos trabajar para recuperarlo. Entonces la Feria del Libro la quiero valorar, porque aunque hayan disminuido los lectores, hay que mantenerla.
Entonces, esto que estoy diciendo ahora es para los papás, cómo unir las ventajas del celular con la lectura, ese trabajo lo tienen que hacer ustedes, los padres en sus casas, yo se los digo a mis sobrinos y ellos tienen su metodología. Yo dije eso un día en una feria del libro también, e intervinieron dos médicos y me dijeron: no solamente eso, sino que la lectura es necesaria para dormir, otros padres me dijeron: mis hijos tienen celular, pero ellos tienen que leer por lo menos una hora antes de acostarse.
También hay que aprovechar el celular, por ejemplo, estoy escribiendo un trabajo y estoy utilizando un libro en italiano, sé  italiano pero hay palabras que necesitan traducción. Tengo diccionarios en italiano, pero ahora no los uso, utilizo el celular, es más rápido; lo utilizo, pero no puedo dejar de leer, ni de escribir, siempre escribo, sin importar el método. 
Y quiero volver a insistir sobre el valor del libro y es importante unir las dos cosas: el libro y la tecnología, por eso unieron ustedes la Feria y la tecnología, cómo saberlo hacer inteligentemente y quiero cerrar con una reflexión: estaban un nieto y un abuelo conversando y el nieto le dice: “Abuelo, quiero saber qué ustedes hacían cuando tenían mi edad, si no existían los celulares”. Y el abuelo le contestó: “Mi generación se dedicó a estudiar y a pensar qué le podía dejar a las generaciones futuras. Hoy tú tienes ese celular en la mano porque mi generación se dedicó a fabricar ese celular”. Yo ahora me estoy preguntando: ¿qué les dejará mi nieto a las generaciones futuras, porque todo el día se lo pasa con el celular en la mano.
Entonces, Feria del libro, sin negar la tecnología, ustedes han unido las dos cosas. Felicidades por eso, por esta Feria de tecnología y Feria del Libro.
¡Muchas gracias!